La frustración en los/as niños/as y dos propuestas para realizar en familia

¿Qué sucede cuando nuestro hijo/a se pone a llorar por algo que no ha conseguido hacer o tener? Muchas veces, con la mejor intención, nos apresuramos a darle lo que quiere, pero eso puede resultarle perjudicial por varias razones:
¿Qué aprenderá del funcionamiento del mundo si siempre consigue sus deseos? ¿Qué sucederá con la siguiente situación vital en la que no podamos proporcionárselos? Las limitaciones nos duelen, también a las personas adultas, y a la vez nos confrontan con hasta dónde podemos llegar, bien para esforzarnos un poco más o bien para decir: «llego hasta aquí». Los límites nos acercan a la realidad.
Si hace las cosas «mal» para aprender poco a poco a hacerlas mejor, a la vez que también aprende a aceptar que todo conlleva un proceso, que las cosas no salen bien a la primera, que es necesario seguir intentándolo, que no pasa nada si no lo consigue esta vez, está creciendo de manera sana.

4 consejos para actuar para aprender a canalizar la frustración:

– Ten en cuenta que tu hijo/a se enrabieta porque se siente mal, no para molestarte: ha querido hacer algo y no ha podido, o le ha salido de otro modo, o se ha peleado…
– Tratar de empatizar con las emociones del niño/a, y verbalizarlo: «Sé que te sientes enfadado/a porque querías que te saliera ese dibujo tan bonito«. Podemos contarle cómo aprendiste tú a hacer algo poco a poco, y preguntarle: «¿Y si lo intentamos de otra manera?«. Tener permiso para experimentar y para desarrollar la creatividad amplía el horizonte de respuestas positivas.
Respetar el llanto, es su manera de desahogarse.
Dejar que el/la niño/a hable de lo que le sucede: a veces, sólo necesitan comprensión y cariño para resolver las cuestiones ellos/as solos/as. Preguntarte siempre: ¿Qué necesita mi hijo aquí y ahora? ¿Mi cariño, mi comprensión, un abrazo, que le ayude con esto…?

Lo más fácil y rápido es solucionarlo tú todo, pero lo mejor a medio y a largo plazo es que sea él o ella quien diga qué quiere y qué necesita, que aprenda a gestionar su frustración.

En muchas ocasiones, su desesperación no viene por lo que creemos que está llorando, sino por una acumulación de pequeñas frustraciones a lo largo del día. ¿Qué necesitas tú después de una jornada dura? Tal vez lo mismo: cariño, comprensión, una buena cena y ánimo para intentarlo mañana de nuevo.
Propuestas:
1. Descarga nuestro dibujo de la niña llorando y comienza una conversación sobre las emociones. Puedes pregúntale: ¿Por qué crees que llora?
¿Cómo se siente?
¿Qué podría hacer para sentirse mejor?
¿Te acuerdas de la última vez que lloraste, qué te pasó, cómo te sentiste?
Y deja que tu hijo/a se exprese. Así, la próxima vez que coja una rabieta, podrás recordarle el dibujo y lo que hablásteis, las soluciones que el propuso.
SMLXL

Propuesta 2. Los oficios. Recomendado a partir de 4 años.
Es más divertido si participan dos niños o niñas, pero también puedes participar tú. Cada niño elige un oficio y tiene que hacer gestos para que las otras personas lo adivinen.
Al terminar, puedes preguntarles si además de hacer cosas en los oficios también tienen que saber relacionarse con las personas, y cómo. Por ejemplo, el panadero que también vende el pan, o la cocinera que es jefa de cocina y tiene empleados/as, etc.
Esperamos que te haya gustado.

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