Hoy ha estado lloviendo sin parar la mayor parte del día. Pero hemos visto que ha salido un rayito de sol y hemos salido corriendo de casa para que nos diera el aire. Yo tenía la esperanza de encontrarme con Néstor otra vez, para jugar un rato con él.
Íbamos avanzando por el bosque cuando vimos unos extraños dibujos tallados en la madera.
Un tótem con pájaros. Cuándo vi al búho, pensé: «Es como el padre de Néstor. Tengo que contárselo la próxima vez que les vea».
Seguimos andando hasta que oí unas voces familiares:
– ¿Me estás escuchando, Néstor? ¿O te estás echando la siesta?
– Estoy escuchando la música. ¿Oyes la música de las flores, papá?
Nos acercamos y saludamos amablemente a Néstor y a su papá:
– Buenas tardes, Néstor y papá de Néstor. Hemos visto unos dibujos muy antiguos de gente que se parece a usted. Si quiere puede ir a verlos, nosotras nos quedaremos aquí jug.. cuidando de Néstor. – Y le enseñamos las fotos de la cámara.
– Eso es muy interesante, gracias, niñas. ¿Dónde decís que era? ¿Por ahí? Néstor, quédate aquí con estas niñas que yo vuelvo enseguida. – Y salió volando.
Néstor nos dijo que nos acercáramos donde estaba él y escuchamos el concierto de música más delicado del mundo, bajo la luz amarilla de los narcisos.
¿Quieres saber cómo conocimos a Néstor?